Las obras que están en este libro también han transitado de la lectura en voz alta a la puesta en escena. Han tenido oportunidades distintas de mostrar su poder y originalidad en el mundo que hacen posible los actores, la dirección y esa magia que hace visible las atmósferas: la música, la escenografía. Zúñiga es un dramaturgo de los más prolíficos de la última década. Es difícil seguirle el paso a un escritor de una inquietud desbordante, de una gran capacidad de inquisición sobre el presente. Su fecundidad como autor tiene que ver con varios aspectos complejos e incluso contradictorios: una forma de permanencia y otra de cambio, una de ruptura y otra de fidelidad al canon.