Escribir que eras yo, que estabas desnuda, que yo no era nada . más que la sombra de una seta, lo desunido de una letra, la flor de escarcha sobre la baldosa... una cicatriz invertida, una mordida apagada... la apertura y el cierre —el alba invernal y la noche veraniega— el aroma de la retama sobre el túmulo al borde del camino —la misma frase al infinito, retomada, tachada, repudiada—, escrita...