La realidad del mundo pasa por las redes sociales. Una prueba irrefutable fueron los temblores del año pasado, el 7 y 19 de septiembre, en el sureste del país y Ciudad de México. La poeta Enzia Verduchi realizó una crónica colectiva de lo escrito en ellas, donde la gente se abocó a brindar ayuda de lo que se necesitara: cuerdas, agua, palas, picos, cubrebocas... una cadena humana dirigida desde, ahí sí, las "benditas redes sociales".