Como una prodigiosa melodía que trabara el incesante devenir de su sentido último y de sus orígenes, la voz del autor en esta novela extraordinaria y fundacional se adentra en los más íntimos e intrincados recodos y se abre a las más ilimitadas latitudes para iluminar, con una sorprendente exactitud, el sentido esencial, y las proliferantes variaciones, de un destino inextricablemente nuestro, y de una herencia que se confunde con él.