Los adictos al relato lineal, los partidarios de una legibilidad inmediata y continua de un sistema narrativo, los incondicionales de la intriga excesiva, no encontrarán en salto mortal ninguna de esas pautadas tranquilizadoras. Encontraran, si muchas paradojas y mucha hilaridad. Y una voz narrativa que realmente inventa mundos y procedimientos.