El poema como espacio de la melancolía, como reducto del solitario cuando el tiempo feliz ha terminado. En esta colección de versos, el autor recurre a la imagen de la desolación urbana, pero también a la celebración del amor (presente o ido), al gozo de la música, al recuerdo alegre y definitorio. Líneas donde conviven noche y día, luz y sombra, con el fin de cantar a la presencia o la ausencia de la otra. La difícil poesía del alma, hecha manifiesta sobre la página.