El origen de la pintura renacentista se encuentra en Italia. Con el retorno a la antigüedad, se revivió una visión del mundo que permitió al hombre determinar su propia existencia. En la pintura se desarrollaron nuevos temas pictóricos y una nueva forma de representación orientada a la realidad. Este naturalismo, por su parte, fue influenciado significativamente por la pintura holandesa de alrededor de 1450.