Rafael Solana: Escribir o morir no es solamente un acto de justicia, es también un trabajo espléndido dictado por una emocionada admiración (que siempre compartimos) hacia un autor que nos falta conocer y reconocer, valorar y revalorar, y al fin ordenar sus maravillosas páginas para que las nuevas generaciones sepan qué clase de autor y de persona fue.