A raíz del lamentable fallecimiento del papa Juan Pablo II, de nuevo surgieron las llamadas "profecías de Malaquías". Malaquías fue el fundador de la abadía de Mellifont y en algún momento de su vida decide retirarse a un monasterio, elige el de Císter en Clairvaux. En ese lugar, donde ya se encontraba su entrañable amigo Bernardo de Claraval, Malaquías de dedicó al estudio hermético y de otras ciencias ocultas, que le permitió formular su profecía; de hecho, predijo su propia muerte y escribió otras con gran exactitud.
La profecía de Malaquías, más que una complicada retórica hermética como la de Nostradamus, escribe una lista de emblemas o divisas relacionadas con algunas características de los Santos Pontífices Vaticanos. Estas divisas, escritas originalmente en latín, son dramáticas y señalan el periodo específico de un Papa.
La profecía nombra un total de 112 papas, aunque algunos mencionan 111, pero este número se refiere al papa que antecede a Pedro El Romano y que iniciará el fin del catolicismo romano o la destrucción de Roma. Esta preocupación tiene sus bases, ya que el fallecimiento de Juan Pablo II dio paso a la ascensión del papa Benedicto XVI, que ocupa el lugar III de II2 de la lista de Malaquías.