¿Qué decir entonces?
Miro este libro con tristeza pensando en su inmediato destino. Pero también (no lo ocultaré) con orgullo. En él se establece una diferencia cualitativa y absoluta con todos los "compromisos" que nos precedieron, en él se dignifica en un sentido no panfletario o proselitista la palabra política, en él se toca una llaga secreta de nuestra hisotria (y no sólo de la nuestra).
Su tema es la resignación en el lenguaje de la poesía, esto es, señalar -tácita o implícitamente- la presencia de la moderna diosa de la Irrealidad en el lenguaje.
Y el gesto que lo domina es el único que conviene a esta diosa infernal: aplastarla.
Elías Uriarte