El doctor Mortimer viaja a Londres buscando la ayuda de Sherlock Holmes, después de que sir Charles Baskerville aparezca muerto -en extrañas circunstancias- en un sendero de un páramo en un condado al suroeste de Inglaterra. Mortimer informa a Holmes y Watson sobre las huellas de un sabueso que fueron encontradas a poca distancia del cadáver. También lee un manuscrito sobre la «maldición de los Baskerville», la cual se inicia con Hugo de Baskerville, quien resultó muerto por el ataque de un infernal sabueso como castigo a su maldad.