En Partida, de Luis Ayhllón, los personajes enfrentan el horror de los tiempos que vivimos, en los que campean el cinismo, verdades a medias, la creciente pérdida de valor de los seres humanos. ¿A qué niveles puede llegar la humillación para no quedarse sin empleo?
En una oficina de abogados, la llegada de una crisis económica determina que alguien ha de partir, pasar del mundo seguro de las tarjetas de presentación, ropa de marca, al limbo de los que han dejado de ser útiles. En esta cambiante rueda del poder, los empleados que han compartido complicidades, favores y lealtades, se transforman: el amigo se vuelve traidor y el agradecimiento deriva en rapacidad. Afuera, la familia, el matrimonio, los lazos filiales son eco de un purgatorio sin horizonte.
En la dramaturgia mexicana del cambio de siglo, Luis Ayhllón es uno de los exponentes más provocadores y comprometidos. En su trayectoria de experimentación, Partida es una apuesta por indagar, en una superficie realista, el trasfondo simbólico de la descomposición de las relaciones humanas.
Luz Emilia Aguilar Zinser
