En la presente obra, José María Murià estudia uno de los emblemas nacionales que ha trascendido las fronteras de nuestro país: la charrería —junto con todos los elementos simbólicos que la acompañan—. Al profundizar en sus orígenes y mutaciones, el autor supera la atmósfera esterotípica que rodea a esta tradición, a la vez que le restituye el lugar que, por derecho, le corresponde dentro del imaginario mexicano.