El discurso de odio está cada vez más presente a nuestro alrededor. Su furia resuena en las redes sociales, en sitios de internet de todo tipo, en las páginas de periódicos y revistas, en la radio y la televisión, en las plazas públicas, incluso en los estadios deportivos. Y lamentablemente el repertorio de destinatarios no deja de ensancharse: mujeres, miembros de etnias minoritarias, migrantes, practicantes de tal o cual religión, rivales políticos, activistas de la diversidad sexual… Mucha gente recurre a los mensajes intolerantes porque éstos se han convertido en una eficaz forma de conectar con amplios sectores de la población, que quizás habían mantenido un tanto escondidas sus opiniones pero que las expresan sin tapujos cuando alguien más las invoca. Echando mano de las herramientas de la filosofía política, Corrado Fumagalli analiza aquí las razones y las tensiones normativas de este auge y postula un modelo para entender y enfrentar el fenómeno, tanto en lo individual como desde las instituciones. Para el autor, el deterioro de la conversación pública que aqueja a las democracias liberales ha permitido que los predicadores de odio revelen aquello que dormita en la sociedad, pero por fortuna en los mismos ciudadanos —entre ellos el lector o la lectora de este libro— está la clave para recuperar el diálogo, el respeto activo, la escucha crítica, y así acotar la intolerancia.