Este poemario es la radiografía de un cuerpo roto, la fotografía del daño que sólo sufre aquel que ha amado de verdad. Un daño que es privilegio, que está reservado para los que quieren hasta retorcerse, para los que abrazan con el alma, para los que lo dan todo en impulsos constantes e irreversibles. Un daño que está reservado sólo para aquellos que volverían a cometer el delito. Si te han roto el corazón, te invito a que leas con cuidado.