En estas desgarradoras memorias, la escritora Jane Lazarre confronta el mito de “la buena madre” con un autorretrato íntimo y visceral de su maternidad. La idea de lo que debiera ser una vida plena y feliz entregada al cuidado de los hijos oprime a la autora y la sume en profundas contradicciones entre lo que siente y lo que supuestamente deberá sentir.