En las postrimerías del sexenio de Fox, el Gobierno Federal determinó otorgar concesiones a particulares para que pudieran ofrecer al público lottos, loterías y juegos que hasta entonces sólo eran prerrogativas del Estado. Lotería Nacional y Pronósticos, ambas instituciones cuyos beneficios se destinan a obras para la asistencia pública, desprovistas de recursos suficientes, con valiosas marcas poco difundidas y recursos humanos burocratizados, se tuvieron que enfrentar de pronto con una competencia feroz, que además de contar con el mejor aparato de propaganda, disponían del dinero necesario y de las personas idóneas para hacerse del mercado. Ésta es la historia, narrada por su protagonista, de cómo Pronósticos para la Asistencia Pública hizo frente al riesgo de sucumbir y al reto de reorganizar una empresa pública para no sólo competir sino ganar en presencia, imagen y prestigio. Ésta es la historia, narrada por su protagonista, de una organización que teniendo importantes factores en contra, se reveló y ha alcanzado en sólo cuatro años superar las ventas de todo el sexenio anterior.