AA.VV
Los años se acumulan y el maíz transgénico sigue siendo un fantasma que no logra las metas ambicionadas por las empresas. La lucha de resistencia de las comunidades indígenas y campesinas, de los agricultores medianos, de las organizaciones sociales, ambientalistas, barriales, estudiantiles, de derechos humanos, de la sociendad civil -y el paciente trabajo de las organizaciones de investigación e información con un sentido de justicia como corazón de sus actividades-, sigue en pie y no cejará ante el embate contra la vida campesina y contra los cuidadores de la tierra.