La poesía de este libro se abre hacia todos los horizontes del seuño, del ensueño, del misterio que guarda la realidad celosamente en La música de no entender, pero que Raquel Olvera descubre algunas hendiduras de gran iluminación para penetrarla. Como los buenos artistas reconocidos por los antiguos mexicanos "Divinanza en su corazón las cosas", "las hace vivir, las crea, dialoga con su propio corazón". Artista del color y la forma ella multiplica imágenes sorprendetes y encuentra las palabras únicas, necesarias, para expresarlas. Se adivina en sus poemas que hubo para escribirlos un trabajo certero de autocrítica. Un libro que logra que se viva al ritmo de la música para entender y gozar la poesía.