En este trabajo el lector se podrá regocijar de la “historia pictórica” de una mujer que por ser tan hermosa fue denominada por los Medicis: como “la mujer más hermosa del Renacimiento”, habiendo sido seleccionada para impregnar esta belleza en lienzos que adornaran la mansión de estos jerarcas, precisamente fue Botticelli, y no se equivocaron ya que el maestro Sandro, no sólo la retrato, sino que hizo de ella, un símbolo de belleza, dulzura, ingenuidad y sublimidad, que a pesar de su juventud entablaba una lucha desigual en aquella época contra la enfermedad progresiva, lenta y desgastante como era la “tisis” que inevitablemente conducía a la muerte.