La vida es lo cotidiano. Lo difícil, sin embargo, no es saber lo que es la vida, sino qué se entiende por cotidiano. Para un escritor, químico para más datos, el asunto parece normal. Todo tiene que ver con átomos y sus haberes. En Mexicanos por patria y provincia, Gustavo Marcovich descubre que, pese a que el universo se expande, cada vez hay menos espacio. Con ironía y humor franco, sus personajes quieren vivir tranquilos, pero no los dejan. En estas páginas el lector encontrará viudas fascinantes, amigos esquizoides, narcos que han visto mucha televisión, militares que sirven para maldita la cosa, congresistas new age, jovenzuelas encantadoras, hombres solos y futbolistas típicamente atípicos. El tema de María y su inmaculada concepción tampoco escapa a su pluma, ni el de Dios y sus extrañas intenciones o el porqué México se singulariza por ser un país deliciosamente absurdo.