EN EL ÚLTIMO SIGLO HEMOS CONSTATADO EL CRECIMIENTO GEOMÉTRICO DE NUESTRA CAPACIDAD DE MATAR. ¿CUÁL ES, PUES, LA METAFÍSICA QUE SOSTIENE TÁCITAMENTE EL DEVENIR DE UNA SUBJETIVIDAD QUE SE ARROGA EL DERECHO A CANCELAR EL “NO MATARÁS”?
HE AQUÍ EL INICIO DE UN RECORRIDO, DE UNA AVENTURA QUE COMIENZA CON LA CRÍTICA DEL YO MODERNO Y SE ORIENTA A LA ESPERANZA DE UN PROFUNDO HUMANISMO.
PARA EMMANUEL LEVITAS -UNO DE LOS FILÓSOFOS MÁS ORIGINALES DEL SIGLO XX- NO SERÁ MÁS EL SER EL QUE OCUPE EL PRIMADO METAFÍSICO, SINO EL OTRO, EL ROSTRO, QUIEN NO ES SER, SINO TRASCENDENCIA DE SER. LA ONTOLOGÍA MODERNA ES TOTALITARIA, Y SE SOSTIENE A SU VEZ EN LA NOCIÓN DE SUJETO TOTALITARIO, CONTINENTE ADECUADO DEL SER; LA COMPRENSIÓN DE LA REALIDAD QUE ES “NO-YO” PRONTO SE CONFORMA EN “YO” TRAS EL CONOCIMIENTO; POR TANTO, ENTRE EL “YO” Y EL “NO-YO” NO HAY MÁS QUE ESPACIO Y TIEMPO, OBSTÁCULOS SUPERABLES PARA EL COGITO Y SU PODER.
EL PROPÓSITO DE LA PRESENTE OBRA ES INTRODUCIR AL LECTOR AL PENSAMIENTO DE EMMANUEL LEVITAS, Y MOSTRAR LA VIABILIDAD DE UNA METAFÍSICA NO ONTOLÓGICA. UNO Y OTRO FINES SON TEJIDOS POR EL MISMO HILO CONDUCTOR: LA NOCIÓN HEBREA DE ROSTRO.