Iván, el Pelón, es un hombre tímido con un extraordinario talento para dibujar que lo lleva a convertirse no en tatuador, sino en grabador de desgracias en cueros vivos, con sentido, con razón, con historia. Porque él mismo dice: “Unos sacan su basura escribiendo, pintando cuadros, jodiendo a otros, yo, concluí ese día que le recordaría a la gente batallas dignas de contar marcándoles la piel”. Iván tiene dos mujeres. A una de ellas no puede tatuarla, simplemente porque no logra hacerlo, porque no quiere destacar sus desgracias, quizá porque sabe que él mismo es una de ellas. A la otra, le marcará la piel porque las desgracias tienen otro origen que no es él, ella se quedará marcada en sus recuerdos y estará siempre presente. Una novela que te saca de tu zona de confort; que te hace cuestionar los sentimientos, situaciones y emociones que hay detrás de tus propias marcas. ¿Qué tanto reconoces las desigualdades? ¿Qué tanto te duelen las injusticias? Una obra que no te dejará indiferente.
