Es una novela de terror para adolescentes narrada en primera persona por la protagonista, con dos líneas temporales. Explora, de manera divertida y a la vez oscura, el paso de la infancia a la adolescencia, la reconciliación con las historias familiares, y cuestiona las ideas preconcebidas sobre el amor que nos han contado siempre: Emilia va a aprender y a demostrarle a los adultos a su alrededor que el amor no duele, ni mata.