El ciclo menstrual era para nuestras antepasadas una fuente de maravillosas energías creativas, espirituales, sexuales, emocionales, mentales y físicas. Se trataba de un don que impulsaba a la mujer a renovarse cada mes, a manifestar y crear el mundo que la rodeaba, a conectar profundamente con la tierra y su familia, así como a expresar su sabiduría e inspiración. Miranda Gray nos explica que cada mujer dispone de una naturaleza cíclica única, y nos guía para vivir de forma apasionada y creativa basándonos en nuestros ciclos personales, a la vez que explora la conciencia femenina encerrada en la sabiduría ancestral, la mitología y los cuentos tradicionales occidentales, sugiriendo ejercicios y métodos prácticos (incluido el Diagrama Lunar) que facilitan la exploración del profundo significado de ser una Mujer Cíclica.