Lodo tiene por protagonista a uno de los mejores personajes surgidos de la imaginación de Fadanelli: Benito Torrentera, la sombra de un hombre, un cadáver pensante, un filósofo domesticado. Cuando este profesor cincuentón conoce a la joven e impulsiva Flor Eduarda, es arrastrado al límite del deseo y la locura, y pronto se convence de que hay que vivir más e imaginar la vida un poco menos. Así empieza un viaje por ciudades y caminos que nunca se imaginó transitar, acompañado de una presencia que lo llevará a redescubrirse y redefinir sus propios límites. ¿Cómo es posible que un hombre de pensamiento se haya perdido de esa manera? Fadanelli atisba la realidad de una pasión que, aunque se sabe condenada a desaparecer, no permite que los personajes que la encarnan la abandonen sin antes arder hasta los cimientos.