Los libros, su escritura, difusión y lectura, desempeñaron un papel crucial en los primeros grupos de seguidores de Jesús. El nacimiento del cristianismo, su expansión y su arraigo, así como su posterior consolidación e influjo cultural no habrían sido posibles sin los libros que aquellos primeros cristianos escribieron con gusto, confeccionaron con esmero, distribuyeron con eficacia y leyeron con enorme interés.
El estudio de Harry Gamble, fruto de una amplia investigación, presenta con un estilo ágil y una argumentación sólida un panorama completo de la producción, circulación y uso de los libros en los inicios del cristianismo. Examina el nivel de alfabetización, el papel de los textos escritos en una cultura oral y los diversos formatos físicos. Se pregunta cómo fueron escritos, copiados y difundidos, y trata de averiguar quiénes los leían, en qué contextos y con qué finalidad.
La solidez de la investigación en que se apoya, la mesura crítica con que expone los resultados y la pasión con que introduce en esta fascinante historia de la lectura, hacen de esta obra no solo una referencia para los estudiosos de la Antigüedad, sino una lectura instructiva y agradable para un amplio círculo de lectores.