Los dones de la noche -una expresión que usara Jorge Luis Borges para significar la imaginación proliferante del escritor nato- constituyen los cimientos de esta novela donde se narran los avatares de los Péniel, una familia marcada por la angustia y la violencia de una pasión tácita que perdura "al filo inmóvil de los canales, a ras de un mundo arrasado por la grisura del cielo y saciado de silencio".