Siempre he considerado que cada novela se le da a uno con todo y su forma, su técnica. Confieso mi torpeza para describir las técnicas narrativas que debe conocer todo estudiante de letras o un crítico. La justicia de enero está contada en forma caprichosa (...) pero cuando decidí escribir esa novela conocía ya a Virgina Woolf y William Faulkner.