El discurso toma forma con un ritmo acezante, a veces agónico, enfilado bajo el viento de una urgencia de náufrago, de sobreviviente: es la poesía que da origen, esmalta, dirige con ansia, todas las etapas de esa corriente de palabras. Monólogo, interpelación a una psique imantada por la angustia y la exaltación, Jueves no es nada más una larga hoja de testimonios; es una configuración llena de potencialidades para la poesía de los tiempos recientes: ritual, exorcismo, tentativa de recobrar la vida y el sentido por la vía de una ceremonia poética. El autor, Julio Trujillo, entrega aquí a los lectores una nueva estación de su camino ascendente.