En sociología no hay consenso. Pero sería cometer cierta injusticia si redujéramos a tasa rasa el pasado inmediato, si olvidáramos que Edgar Morín fue el primero en observar la aparición en Francia de la "época de los compinches amigotes" y de la "cultura joven"; y que igualmente estudió la introducción de la modernidad en una comuna rural (Plodémet). También sería en cierto modo injusto olvidar los primeros intentos de analizar las actividades de tiempo libre (Henri Lafebvre, Joffre Dumazedier). Ya habría algo menos de injusticia social al no destacar las grandes encuestas de la sociología del trabajo en el nuevo mundo industrial: semejantes encuestas parecen suponer a menudo que la realidad industrial continúa siendo la estasis magnética de la evolución, el estado de la clase obrera -la clase, territorio mítico- que anuncia formas de futuro.
