Cuando aprendí a parar para escucharme, di el primer paso para irme. He ido lejos. También físicamente. En este sentido, he ido tan lejos que ha llegado un momento en que seguir hacia delante ha significado empezar a volver. El planeta no da para más y ha resultado ser cierto que la tierra es redonda.
irse. es el resultado de atreverse. De atreverse a romper todas las rutinas, a superar los miedos, a dejarse llevar por la intuición y aceptar la incertidumbre. Atreverse a dejarlo todo para perderse en la naturaleza y saborear la libertad.
irse. es el relato de mi viaje alrededor del mundo a bordo de mi infatigable velero Thor. El cruce del canal de Panamá, la llegada a las míticas islas del Pacífico Sur tras miles de millas de navegación en solitario, la estancia forzada de más de un mes en un lugar perdido del norte de Australia en compañía de un cocodrilo, la travesía por el área de máximo riesgo hasta doblar el cuerno de África y los meses transcurridos en un paraíso desierto frente a las costas egipcias tras el estallido de la epidemia de la Covid; éstos y otros tantos episodios son los que configuran el viaje que para mí supuso el cumplimiento de una cita de Mark Twain que durante años tuve colgada detrás de mi mesa de trabajo: «Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste. Así que suelta amarras, navega lejos de la seguridad del puerto, coge los vientos alisios. Explora, sueña, descubre».
Sólo se me ocurre deciros que vigiléis lo que colgáis en vuestras paredes.