Desde la pasión hasta el tedio, desde el billete de autobús hasta Descartes, desde el horror mirado de frente hasta el deseo visto con una ironía piadosa, María Jesús Mingot exige y despliega en Hasta mudar en nada una atención a la vivencia que acaba arrastrando consigo todas las coordenadas. Más allá de la experiencia y del candor, una escritura en que entra la cualidad insólita del coraje se abre así al don sin remitente y, callando al final, superados los pronombres, deja en acorde el itinerario hacia el reconocimiento del soplo que habita en el bostezo y de la nada que es bendición. Con resonancias de la mejor tradición castellana y sabidurías de quien es también excepcional novelista, este libro es una apuesta paradójica por la dignidad.