CHAPA, MARTHA; HENESTROZA, ANDRÉS
Dueña de su oficio, ama y señora del temas de su vida y obra, la manzana; Martha Chapa intenta ahora nuevas técnicas, nuevos temas, nuevas tersuras, otra disposición y armonía de colores, volúmenes. No otro oficio, no otra pintura; nada más problemas técnicos que resolver y de los cuales apoderarse. Recuerdo un poco aquella ocurrencia genial de Picasso, según la cual cuando una de tus manos alcance la máxima maestría, córtatela. No tanto; Martha Chapa ambidextra, debiera contarse, según el consejo, las dos manos. Metafóricamente se las ha cortado; comienza otra vez a usar sde sus manos, Martha Chapa. Hacia otra pintora camina, pues, Martha Chapa. Preñada de nueva obra, de otra pintora. Nueva musa e4n busca frenética de su nueva palabra, de su nueva expresión. Otra vez a darse luz.
No deja por eso Martha Chapa, las manzanas, que dejarlas sería como olvidarse de sí misma, dejar de ser lo que es, darse sepultura. Cristalinos estos primeros trinos de Martha Chapa. Claro el amanecer que anuncia un luminoso mediodía: una siembra y una cosecha pródigas. Martha Chapa ha arrojado al surco la simiente de un nuevo árbol, una nueva flor, un nuevo fruto.
