El poema épico de Gilgamesh constituye la obra cumbre de la literatura de la antigua Babilonia. Así fue percibido por los pueblos del Cercano Oriente, a juzgar por los numerosos fragmentos del poema rescatados en las ruinas de muchas ciudades de la Mesopotamia e incluso en sitios arqueológicos de Siria, de Palestina y de Turquía.