Hoy me toca ser la narradora y a ti la versión varonil de mi musa,
experto en hechicerías blancas y negras,
llenándome de emociones.
Hoy soy la protagonista de una historia que orbita en ti, como el ser humano en la biblia,
como la mujer en el reflejo de la pupila de un ojo.
Te ganaste el papel en esta historia,
con todas las veces que te proclamaste Dios
y yo me hinqué para alabarte, elevarte y satisfacerte. Pero me encontré con un fragmento de la historia de la humanidad,
cuando el hombre se dio cuenta de que él nombró a su creador,
en la búsqueda de darle sentido a su vida.