Sébastien no está solo, un anarquista nunca está solo. Decir lo contrario es pura propaganda. Le acompaña Claudette, actriz del Théâtre de L'Oeuvre, nieta de Claude Bernard, que fue director del Jardin des Plantes y nieta desu abuela, que perdió su nombre para siempre el día que se casó con el Dr. Bernard. Claudette huele a magnolia ytierra, Sébastien deja que el cuchillo refleje el rostro de su amada antes de tallar en la corteza del haya: Dios está muerto. La próxima semana lo intentarán de nuevo. En las revoluciones siempre hay una semana por venir, un año por venir, un mañana.