Este libro habla de la muerte, de las fronteras biológicas y las soberanías inmunitarias, de la fosa común vivida durante la pandemia, de la doble muerte que inscribe la colonial-modernidad, pero lo hace lleno de vida. Se trata de un testimonio emocionante, de una reflexión contingente e inacabada, que de seguro continuará, pero que aun así llega a grandes momentos de comprensión, a lo que podríamos entender como la poética de la gran pensadora Rita Segato. Porque la autora ya ha dicho, y lo dice en este mismo libro, que una intelectual es una dadora de palabras. Expuesta a la muerte es un compendio invertebrado de palabras, una caja de herramientas de nombres o, más bien, una cápsula llena de nuevas combinaciones de saberes dirigida hacia el futuro. Constituye la apertura más radical del hermético horizonte de la historia a partir de la ilimitada imaginación crítica.