Elfriede Jelinek, continuadora de la tradición sarcástica austriaca, la de Horváth, Karl Krausy Thomas Bernhard, denuncia en Los excluidos -título que se relaciona con Los secuestrados de Altona, de Sartre- la dificultad de la vida sin complejos en la Austria posbélica, deseosa de ignorar los crímenes del nazismo.
Dicha premisa se plasma en la ficción a través de la historia de tres estudiantes de bachillerato y un ambicioso muchacho de clase obrera, que asaltan a los transeúntes para robarles. A la determinación de una sociedad decidida a olvidar el pasado y en la que el triunfo social se convierte en el valor supremo, los cuatro adolescentes responden con el disgusto y el odio.