Estoy seguro de que habremos de impulsar programas regionales que permitan dar a esa madre tierra hidalguense el vigor que su vocación demanda, a fin de arraigar a sus hijos aquí mismo, donde nacieron, se desarrollaron y algúna día morirán.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información