En un mundo donde todos opinan, dónde los doxóforos hacen su reino, la ciencia busca un aliado en la microficción. Cuando se inunda el ciberespacio de posts, twitts y microblogs, la realidad supera la ficción y la microficción insinua la verdad, no es un cuento, no sabemos si sea rima o si sea un verso, pero ciertamente en cada página conoceremos una historia de lo que sucede en algún laboratorio del mundo.