¿Qué hace encantador un libro como Eloísa? No me refiero a la gracia que todo libro de poemas debe poseer, sino a la facultad encantatoria con la que seduce para siempre a sus lectores. El encanto de Eloísa proviene de convertir en materia viva una de las relaciones amorosas más enblemáticas y controvertidas de nuestro pasado cultural: la de Abelardo y la de Eloísa . Sabiamente, Silvia Eugenia Castillero renuncia a la tentación de contarnos la historia de la apasionada sobrina del canónigo Fulberto con el filósofo más famoso del siglo XII, y lo hace nno porque crea que la poesía es incapaz de competir con la historia, sino porque da por sentado que los lectores la llevan inscrita en el libreto de sus propias relaciones amorosas. Silvia Eugenia Castillo le presta su voz a una Eloísa que ha perdido a su amante y decide recuperarlo en un largo discurso de espera. Instalada en un presente que se niega a diferenciarse del pasado original, la evocación de Eloísa superpone la creencia cristiana en la resurrección de los difuntos con viejas prácticas paganas donde las mujeres invocaban a alos muertos para que volvieran a reunirse con los vivos. Ni anécdotas, ni confidencias, lo que el lector reconstruye a partir de estos monólogos es una pasión que ha sobrevivido al paso de los años, soportando los derrumbes y reconstrucciones dele scenario original: la ciudad de París. Admitir que el París contemporáneo es un palimpsesto del París medieval es admitir que cualquier historia de amor que ocurra en esta ciudad es un palimpsesto de la que sufrieron Abelardo y Eloísa. Lo milagroso ene ste libro es que Abelardo vuelve, y no,lo hace respondiendo a la creencia en la resurrección de los muertos, ni a las viejas invocaciones paganas sino a los cantos evocadores de Eloísa. Abelardo existe porque ella lo canta con su "boca impregnada de sol". Eduardo Chirinos
