Este libro que Eduardo Galeano caracterizó como “una conversación con mi propia memoria”, reconstruye la vida cotidiana durante los convulsionados años setenta en América Latina: el miedo constante, pero también el amor; el desgarro del exilio, pero también la crianza de los hijos; la incertidumbre sobre el paradero de las personas queridas, pero también la amistad y el trabajo compartido como formas de resistencia.
Premio Casa de las Américas 1978, estas páginas constituyen el relato más autobiográfico de las dictaduras del Cono Sur y dan, a la vez, a una conmovedora historia colectiva.