¿Cuál es el punto frágil de la industria editorial? No importa a qué editor se le pregunte, la respuesta casi siempre será la distribución. Con la claridad y fascinación que solo puede tener alguien inmerso totalmente en el mercado de los libros, Malumián devela en este ensayo sus memorias y reflexiones del eslabón más importante —y el más débil— de la cadena del libro.
A través de su experiencia como distribuidor, Víctor Malumián ha llegado a la conclusión de que para vender un libro se necesitan cuatro elementos: curiosidad del lector, pasión del librero, sensibilidad de la editorial e intervención de un buen distribuidor. ¿Pero cómo es un buen distribuidor? No solo es aquel que tiene unas cuentas y logística eficiente, también debe tener una visión panorámica de todo el ecosistema literario y saber unir un determinado título con un lector, porque «los libros se imprimen de a miles, pero se venden de a uno». Este es el mantra que repite entre las cajas con las que convive a diario, y en las que también se materializa todo el peso de un título que quizá nunca debió publicarse. En este ensayo inédito, el lector descubre cómo llega a sus manos el libro que está leyendo.