Si existe un libro mágico en la más profunda acepción de la palabra, es "La historia interminable" (1978). En él Michael Ende (1929-1995) asume la suprema aventura de un libro espectacular en el que las realidades están minuciosamente granuladas y los mundos de lo objetivo y lo subjetivo, al integrarse sin eliminarse mutuamente, encarnan una tercera magnitud sin nombre. Este libro pertenece a todos los géneros, pero -como expresión de su eterna juventud- ha elegido como territorio el de la llamada Literatura Infantil o Juvenil.