Agudo, sincero, mordaz, humano, francamente humano. Agustñin Monsreal vuelve a sorprendernos con un lenguaje preciso y contundente. Con una prosa desenfadada y poética se reinventa, va, viene, se muestra de un costado, del otro, nos guiña sabe que desde allá dentro la alternativa es pura verdad, poca invención, no hay trampas, es irónicamente la vida.