La literatura es el imperio de la memoria: nada significa sin los recuerdos del escritor, los cuales representan su tesoro más preciado. Esto viene a la mente conforme uno se sumerge en esta treintena de cuentos de Alma Mireles, reunidos bajo el título Del recuerdo al no me olvido. Se trata, principalmente, de historias sobre tiempos pasados; no todos son autobiográficos, pero sí muchos de ellos tienen el aroma de lo que ya fue, de tratar de reconstruir un mundo perdido en la realidad, pero muy vivo en la memoria a través de la ficción literaria.
Alma es una escritora esmerada, minuciosa, que extrae de los recuerdos el tuétano de la vida: el amor, la inocencia, el odio, la traición, la esperanza, la violencia, el gozo, es decir, todo lo que nos conforma como seres humanos sin importar la época, porque los misterios de la existencia son intemporales. Así, las historias que ha decidido contar Alma Mireles están tomadas, en gran parte, de la vida cotidiana, aunque hay destacadas y sorprendentes incursiones en el género fantástico.
Como se sabe, solo hay cuento si tiene una historia o anécdota que contar, así sea mínima. No importa si es extraordinaria o cotidiana, sino que exista: se puede contar una batalla épica de la manera más aburrida, a pesar de que los acontecimientos sean interesantes por sí mismos, insólitos o extraordinarios. Y se puede contar la historia de una piedra de una manera interesantísima, siempre y cuando se haga adecuadamente. Con esto se quiere decir que para el cuento no hay tema menor o deleznable, sino escritores que no saben contar, y Alma Mireles sabe contar.
