Entre las funciones del teatro, que no son pocas, suelen estar las de hablar en nombre de alguien, ese alguien puede ser una clase social, una clase social, una colectividad ofendida, una idea, o sencillamente una persona que no se siente contenida por una realidad enajenamente y falsa, una realidad impostora basada en la mentira, el simulacro y la imposición, esté es el caso de miranda, un personaje de Nadia Rosero.