Estamos acostumbrados a contemplar el tiempo hacia atrás. A través de las fotografías, por ejemplo, o a través de grabaciones en video. A través de los recuerdos. Y a través de los recuerdos, siempre nos descubrimos más jóvenes.
¿Qué pasaría si, de repente, nos descubriéramos más viejos? Los cuatro personajes protagonistas de Cuarteto del alba están dispuestos a hablarnos desde el futuro, desde nuestro propio futuro, el de cada uno de nosotros, para relatarnos todo lo que vivimos, todo lo que deseamos, todo lo que nunca nos perteneció y todo a lo que renunciamos.
¿Adónde conducen los idearios, cómo escogemos los valores que los constituirán y que frustrarán el resto de nuestros días, aquellos que darán alma a nuestras peores pesadillas y nos abocarán al fracaso más absoluto?
Nos dijeron que éramos inmortales, repiten los cuatro personajes en una suerte de letanía agonizante. Saben que el ser humano vive su último siglo de dignidad y el hambre de revolución está matándoles. Uno tras otro. Y mueren, sin más. ¿Y qué queda? ¿Qué es una idea sin su portador?
Ellos son los últimos portadores. El cuarteto del alba.
Carlos Be.