“¡Celebremos el Día de San Valentín la próxima semana!”, exclamó la maestra Ángeles, profesora de primer grado de Marina. Marina amaba la escuela y a su maestra, pero cuando escuchó el anuncio, su corazón se detuvo. Podía escribir historias maravillosas y contar hasta cien pero… había algo que no sabía hacer…
¿Cómo resolvería ese problema?